Javier Martín es un periodista con una trayectoria principalmente dedicada a la comunicación de la actualidad de Oriente Medio. En la zona desde 1996, ha trabajado en diferentes delegaciones de la Agencia EFE como Irán, Egipto o Israel, y fue el creador del servicio en árabe de dicha agencia.
O sea, que algo del tema sabe.

Cubierta del libro.
Y el haber sido testigo de primera mano de la evolución de los acontecimientos durante muchos años le otorga una visión global de un asunto importante para Occidente porque, dada la fantasía del califato global que sostiene el ISIS, no es una mera cuestión regional: las consecuencias de sus actos afectan a ciudadanos occidentales en la zona y pueden llevar a acciones terroristas de propaganda, como se ha visto.
Por supuesto, soy un occidental, así que tengo que librarme de ciertos clichés que nuestros propios medios nos infunden. El primero tiene que ver con lo que acabo de escribir. ISIS (o DAESH, o EI) puede afectar a Occidente, pero los principales seres humanos que sufren los actos de ISIS son los pobladores de Irak y Siria, básicamente, musulmanes en su totalidad.
Porque no se puede olvidar, y Martín lo deja bien claro, que el mensaje transmitido por su líder Al Baghdadi es uno de rigorismo islámico fundamentalista, un sueño de crear un pretendido paraíso en el que las reglas (sus reglas, convenientemente interpretadas a su gusto) coránicas sean la única vara de medir.
El libro es breve, pero profundo. Combinando el estilo periodístico más directo con una narrativa amena y clara, el autor, y he aquí una pequeña pega (1), no solo nos habla del Estado Islámico. Como buen profesional periodístico, de los que necesita esta profesión tan de capa caída (2), no se limita a hacer una radiografía del grupo yihadista, sino que reflexiona sobre los antecedentes y, lo más importante, las condiciones geopolíticas en que surge y se desarrolla. Decía (escribía) que eso es una pequeña pega porque el título, en realidad, no hace justa referencia al contenido, siendo más adecuado casi el subtítulo (geopolítica del caos), pero, como amante de la historia y la política, me ha resultado un librito estupendo, necesario para entender buena parte de la situación de la región en la que, no puedo evitar decirlo, se produjo uno de los primeros focos civilizadores.

El autor.
No escatima el autor en, sin entrar en juicios de valor, repartir culpas, tanto a los estados musulmanes como a los occidentales, cuyo juego de intereses ha provocado una nueva situación explosiva en la que, una vez más, sufre la población de a pie y cuyas consecuencias se antojan aún imprevisibles. Irán, Arabia Saudí y, en menor medida, Turquía y por supuesto Siria son jugadores de esta partida mortal en la que la victoria, a la postre, es el predomino hegemónico regional.
Por supuesto, el libro nace casi desfasado. El autor lo escribió cuando ISIS estaba en su apogeo, cuando mayor cantidad de territorio había ocupado, y ahora, al escribir estas líneas, las fuerzas de Irak y los peshmergas turcos con apoyo occidental están batallando por Mosul, casi último bastión del ISIS.
Pero, a fin de cuentas, el periodismo de hoy es la historia del mañana (3), por lo que no hay nada mejor que utilizar este libro como prólogo a lo que se puede seguir en las noticias a diario de este mundo hiperinformado.
1: Que en realidad no lo es tal.
2: Solo hay que ver el erial carente de rigurosidad y calidad en que se han transformado muchos de los medios de comunicación tradicionales.
3: Afortunadamente, solo una de las fuentes, porque si no, como he mencionado, compadezco al pobre historiador del futuro que tenga que escribir las crónicas de nuestro tiempo.
Un post muy interesante, gracias por compartir tu opinión sobre el libro. La verdad es que llevas razón, es un tema del que «todos hablan pero nadie sabe nada» . Yo al menos, frente a tanta información tergiversada nunca he terminado de comprender el origen de este problema. Me has dado ganas de leer el libro. Me lo apunto en la agenda! Un abrazo
Lo mejor que tiene es que es muy asequible gracias a su brevedad y su estilo periodístico. No es un sesudo (lo que no quiere decir que no sea profundo) estudio sobre las relaciones geopolíticas, sino que es más bien como un extenso reportaje de prensa muy bien hilvanado.
¡Ya dirás!